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28/12/09

La princesade la torre




La puerta de mi corazón está cerrada y mi alma se pudre entre las paredes de una fortaleza.
 
La llave la tenía una vieja bruja, de nombre Vida, que la tiró por la Ventana de las Oportunidades Perdidas para que acabase en fondo del pozo del destino.

 
La que antes era bella y pura ahora no es más que lóbrega y harapienta, cual mendiga ebria que deambula por los suburbios de mi ser.

 
Hubo un tiempo en el que soñaba que un caballero de buen porte y de Amor por nombre vendría para rescatarla de tan triste destino, pero el caballero nunca llegó y ella la esperanza perdió.

 
Sintiéndose desdichada por tamaño desengaño, escapó por una ventana de la torre donde estaba para encontrar ella misma lo que siempre deseó. Pero las almenas eran altas y escapar no podía, así que buscó otra salida.
Sin embargo, no contaba que en su camino se encontrara con los Soldados de la Fortuna, los más crueles y temidos en el mundo entero, que estaban a las órdenes del Capitán Azar, esposo de Doña Codicia. Mujer de malas artes y, que al igual que su hermana Envidia, no soportaba la belleza ajena y hacía lo imposible para acabar con ella.

 
En su huida a la desesperada, no se dió cuenta de que se metía por la Calle del Olvido, pasando por la Plaza de la Desdicha y acabando en el Pozo del Calvario. Y así, poco a poco, la que en otro tiempo fue bella y pura se internó en el Rincón de la Locura de donde no salió jamás. Ni Amor fue a buscarla.


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Maullidos en el tejado